Respuesta al observador ligero
Estimado observador ligero, hace bastante tiempo ejerzo también la crítica ligera casualmente también hacia mi persona, suelo criticarme cosas tan dispares como el gusto descontrolado por los zapatos, como el corte de pelo, y si seguramente el pernicioso habito que me lleva a escribir.
Resulta poco atractivo hablar de los desaciertos en estos intentos fallidos, pero siempre en el ejercicio del mismo análisis simplista que me lleva a reincidir, me conformo que tan pueril circunstancia me acerque observadores donde puedo ver reflejada todas las facetas que tiene este vicio.
Sin embargo sabiendo que siempre hay tiempo hacer algo peor, esto reconforta automáticamente mi verborragia, y por supuesto como observador ligero que es, sabe que la critica hace mella en superficies nobles únicamente, tal vez ese no sea mi caso o sospecho que ni siquiera eso es loable, tal vez sea únicamente el ejercicio irresponsable del espacio, aunque también puede ser producto de la masificacion y un simplificarse hasta el hartazgo hasta emular a la televisión misma.
Ecléctico, contradictorio, superficial, ligero, liviano es el mundo que nos define, somos apenas eso, unos espectadores poco comprometido con ideas, tal vez medidos en exceso o cauteloso en extremo.
Aparecemos en la gama de los grises o acaso colores pasteles, y si , todos el mundo adolece de cierta ligereza, la mía de la que me declaro culpable, ya quisiera yo poder ser condenada, enjuiciada y sentenciada, la hoguera corresponde a mi pasiones, a mi convicción de que lo que no es, no tiene que ser, a mi apasionada obsesión por luchar por que el criterio sea uno solo, que el sentido común sea común para todos, que cuando vuelva yo a caer livianamente en los lugares comunes, encuentre siempre ese preciso indicador que me muestra que hay mucho mas por lo que todavía se puede avanzar.
Mi espacio también es un lugar para que usted, observador criterioso me sentencie, me condene, siempre quise participar de tales ajusticiamientos aunque a veces me toque estar del otro lado.
Resulta poco atractivo hablar de los desaciertos en estos intentos fallidos, pero siempre en el ejercicio del mismo análisis simplista que me lleva a reincidir, me conformo que tan pueril circunstancia me acerque observadores donde puedo ver reflejada todas las facetas que tiene este vicio.
Sin embargo sabiendo que siempre hay tiempo hacer algo peor, esto reconforta automáticamente mi verborragia, y por supuesto como observador ligero que es, sabe que la critica hace mella en superficies nobles únicamente, tal vez ese no sea mi caso o sospecho que ni siquiera eso es loable, tal vez sea únicamente el ejercicio irresponsable del espacio, aunque también puede ser producto de la masificacion y un simplificarse hasta el hartazgo hasta emular a la televisión misma.
Ecléctico, contradictorio, superficial, ligero, liviano es el mundo que nos define, somos apenas eso, unos espectadores poco comprometido con ideas, tal vez medidos en exceso o cauteloso en extremo.
Aparecemos en la gama de los grises o acaso colores pasteles, y si , todos el mundo adolece de cierta ligereza, la mía de la que me declaro culpable, ya quisiera yo poder ser condenada, enjuiciada y sentenciada, la hoguera corresponde a mi pasiones, a mi convicción de que lo que no es, no tiene que ser, a mi apasionada obsesión por luchar por que el criterio sea uno solo, que el sentido común sea común para todos, que cuando vuelva yo a caer livianamente en los lugares comunes, encuentre siempre ese preciso indicador que me muestra que hay mucho mas por lo que todavía se puede avanzar.
Mi espacio también es un lugar para que usted, observador criterioso me sentencie, me condene, siempre quise participar de tales ajusticiamientos aunque a veces me toque estar del otro lado.
Hasta pronto.-
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