Lado B

“Si sostenías entre los dedos, era como apretar la nada” Así de espacios, de silencios, de vacíos, la novela navega por el impulso de una imperceptible brisa. Donde desteje la verdadera historia que transcurre en las cosas no dichas, en los momentos no vividos, en la espera. En el sereno espectáculo de ver llover su vida delante de sus ojos, se despliega en un mudo espectáculo, el amor con todo su misterio, su inalcanzable plenitud, una sombra que se escapa de las manos.

Mistificamos a la piedad como la cualidad que nos llevara al cielo de la comprensión en nuestras relaciones, y muchas veces nos encontramos que los puentes no están, que no se extienden con compasión solamente. Al decir de Richard Sennett “ la piedad es una transacción peligrosa, porque esta demasiado cerca de la falta de valoración de la persona”. Subestimamos al otro precisamente cuando solo aportamos lo justamente correcto, cuando aplicamos recetas de la buena educación, cuando solo toleramos por que es ajeno a mi, es independiente de lo que es mío, establezco así claramente el muro entre lo mío y lo tuyo, lo que me pasa y lo que te puede estar pasando. Cientos de años de predica sobre tolerancia interracial solo ha dejado mas marcada la diferencia entre las razas, ha dado la excusa perfecta para la justificación para arrinconar el tema hacia un costado ajeno a mi mismo. Estas cualidades patrimonio de los dioses de todos los tiempos han grabado desde siempre en nuestras mentes des