El infierno son los otros- J.P. Sartre


Los otros como reflejo indispensable en nuestra vida, nos confronta tumultuosamente con cosas a veces poco conocidas de nosotros mismos.
De ahí que el infierno al cual Sartre hace referencia, no hay lugar mas aterrador que el que nos desnuda, nos confronta con nuestras debilidades.
El otro también se mueve por si mismo, por sus propias necesidades, se revela ajeno a nosotros y a nuestros deseos, así nos abandona a la deriva de la insatisfacción hasta el próximo encuentro, cuando descubrimos que son parte de nosotros también.
Tan necesario nos resulta que preferimos ese infierno que a la soledad absoluta. Dice Susan Sarandon en su personaje de película, que la razón por la que la gente se casa, es por que necesitamos un testigo de nuestra vida, alguien a quien no le pase desapercibido nuestra existencia. Somos un rostro entre millones, una existencia entre miles, nuestra conexión intenta singularizarnos, encontrar para quien somos únicos y peculiares.
Muchos de nuestras relaciones podrán darnos esta certeza, esa sensación de seguridad, una buena amistad, una pareja o varias.
Cada encuentro podrá reportarnos tal satisfacción si el mismo es a conciencia.
Pero necesitamos algo más. ¿Necesitamos realmente a espectadores de nuestra existencia? ¿Un reflejo cotidiano de alguien amarrado a nuestro mismo destino? ¿O bastara con el constante fluir de la vida que nos encuentra a diario único e imprescindible para los demás?
El otro también soy yo, mi ser mas necesario, mi parte que nunca será mía del todo, que no tiene nombre, que espera de mi para ser el mismo tambien.


Hasta Pronto

Comentarios

Melania ha dicho que…
Excelente escrito!

Entradas populares de este blog

Ama et quod vis fac. “Ama y haz lo que quieras”.

Hanuman el Dios Mono

Todos tenemos dos vidas