Googléame

Entre las voces que se escuchan estos días en la Feria del Libro aparecen algunas tan peculiares como el de la francesa Bárbara Bassin con su libro criticando al buscador mas conocido.
Tal vez lo que resulta notorio es que alguien haya levantado algún cuestionamiento a algo que se ha vuelto tan cotidiano a nosotros.
Mas allá que el criterio con el que se analiza la situación que podemos estar de acuerdo o no, me gusta la idea de pensar sobre ello, cuestionarnos el funcionamiento, pensarnos desde ese lugar.
¿Si no esta en google, realmente no existe?
¿Es la opinión de millones de clik la que arma nuestra opinión en una búsqueda que cuantifica esos accesos?
¿Es el buscador quien nos muestra como en un calidoscopio el mundo tal como es?
¿O es a decir de Bárbara Bassin el arquitecto de nuestras opiniones cuando nos muestra lo que queremos ver?

En un mundo con tanta información, cuando somos incapaces de cuantificar y abarcar la idea de un organizador universal es realmente atrayente. Acudir a un moderno oráculo de Delfos que nos explica y nos guía a través de innumerables caminos parece ser irresistible.
Todo pasa indiscutiblemente por ese lugar.
Me googléo.
Te googléo
Nos googleamos.

Vamos formando una opinión limitada por los mismos que estamos utilizando.

Aquello que instalamos en él, vuelve a nosotros, como un gran circulo el buscador solo nos trae lo que más importante hemos considerado, solo eso, una parte del mundo.

La otra, la otra historia que no pasa por google se pierde tal vez se agazapa a la espera de que alguien le convierta en un tema, en un clik que lo catapulte a nuestros ojos cuando de nuevo alguien busque.

Tal vez solo baste con recordar que no todo esta cuantificado algunas cosas ocurren en los espacios vacíos, en los sonidos que no escuchamos, en la palabras que no escribimos, en lo silencios que nos definen…

Hasta Pronto